Historia-del-Sombrero

CULTURA VALDIVIA

Los historiadores pueden rastrear los orígenes de los sombreros de toquilla desde la Cultura Valdiviana (3500 a. C. a 500 a. C.). Estos indígenas usaban las hojas fuertes y largas de la planta de toquilla para tejer una tela liviana, flexible y duradera. Con el producto resultante, crearon sombreros para protegerse del duro sol ecuatorial. A partir de esos tiempos, los habitantes de las tierras ecuatoriales costeras cultivaron la planta de toquilla y elaboraron sombreros como tradición. Estos sombreros fueron llamados “tocas” y su uso se expandió a otras regiones cercanas en lo que ahora se conoce como Ecuador.

 

LOS PRIMEROS TALLERES

Los reyes de España Carlos IV y su esposa María Luisa, fascinados por las “tocas”, impulsaron talleres artesanales especializados en la elaboración de sombreros de paja toquilla y la plantación de cultivos de la “Palma Carludovica”, nombre asignado en honor al rey.
El artesano perfeccionó constantemente su tejido y los sombreros se hicieron populares no solo por su practicidad sino también por su belleza. Los sombreros de paja toquilla se conocieron en el mundo como sombreros de "Panamá", porque los usaban los trabajadores que estaban construyendo el Canal de Panamá, y también porque desde Panamá se enviaban los sombreros a otras partes del mundo. Sin embargo, los sombreros de "Panamá" siempre han sido tejidos por artesanos en Ecuador con la fina paja toquilla, que crece en la región costera ecuatoriana.

 

PROCESO DE PRODUCCIÓN

DESDE EL CULTIVO COMIENZA LA BÚSQUEDA DE UN SOMBRERO PERFECTO

Los artesanos eligen los tallos más largos para cortar y obtener la paja más tierna posible. A partir de este momento, con los materiales perfectos de la naturaleza, comienza la búsqueda del sombrero perfecto.
Cortan cuidadosamente los tallos de paja en tiras largas.
Las hebras finas seleccionadas se hierven y se secan.
Las pajitas largas se sacan a secar; durante el día, permanecen bajo los intensos rayos del sol ecuatorial y se dejan descansar en la fresca brisa nocturna, obteniendo así su característico color.

 

LA PAJA ESTÁ LISTA PARA SER TEJIDA

El proceso de tejer un sombrero puede llevar hasta seis meses. Los tejedores intercalan hilos creando figuras y texturas de paja que culminan en el sombrero terminado.
Tejidos con la experiencia y tradición de su cultura, transmitida de generación en generación, los artesanos combinan sus habilidades y conocimientos con las exigencias de las últimas tendencias en el mundo de la moda.

 

EL COLOR DE LOS SOMBREROS DE PAJA ES NATURAL

Tras un largo y cuidadoso proceso, el sombrero se lava y se deja secar al sol completando un proceso de coloración natural. Otros colores y tintes utilizados son orgánicos y certificados.

 

CALIDAD Y EXPERIENCIA

Taller especializado, con más de 80 años de experiencia en la fabricación de sombreros, produciendo una gran variedad de productos. Personal experto crea acabados y adornos para sombreros de la más alta calidad para obtener el producto final perfecto.